TRULLENQUE: CUARENTA AÑOS DE FOLCLORE
En el libro de La Pucha con el Folclore de Pablo R. Trullenque, Alfonso Nassif describe en la solapa de la portada al escritor aportando una descripción más que bibliográfica, sería cualitativa del artista y su obra
Comienza así, PABLO RAUL TRULLENQUE, asume el canto visceral del pueblo. Sabe del estremecimiento del espíritu humano. Su voz es la palabra de la tierra. El latido. La sincopa del tiempo. Publicar este libro es un acierto editorial, a la vez que una obra necesaria y esperada.
Precisamente los éxitos de las letras o las poesías, como se prefiera, de Pablo R. Trullenque, sitúa a la cancionística de SANTIAGO DEL ESTERO, a la vanguardia del folclore nacional.
Más allá de la cantidad y cualidad de músicos que acompañan a nuestro artista y las voces que interpretan sus obras y premios y galardones, está la otra obra, el otro mérito que aveces queda invisible detrás de los aplausos.
Ese mérito consiste en el camino que abre en ese intrincado territorio del arte. En el sentimiento profundo de los sentimientos populares. En la capacidad de poder desbrozar esencialidades, recónditas vivencias del hombre y de la tierra. Nuestro poeta, nace en SANTIAGO DEL ESTERO. Por su sangre vibra el aborigen desde su abuela india. Por el otro lado, un ancestral perfil europeo desde su abuelo vasco. Juglaría y rebeldía. Copla y libertad. Como santiagueño le cabe también a TRULLENQUE, ser nexo, la unión generacional, entre el coplerío tradicional y la poesía de vanguardia. Esta vez, más cercano al paisaje espiritual, pero unido a la realidad del mundo exterior.
“Chacarera de tierra luna color de chango sol lleno de coyuyos son patios de Santiago”.
Amante de su tierra, la canta, la glorifica. Tierra vivida, dolida y esperanzada.
“Y estaba donde nací
lo que buscaba por ahí”.
TRULLENQUE viene de la tradición y el mismo comienza a ser leyenda. La poesía de nuestro poeta vive y se multiplica en el canto.
El pueblo nutricio la proyecta. Seguramente no existe una sola guitarra nacional que no diga el nombre de TRULLENQUE.
A veces se piensa, que cada una de sus letras, es un himno. Gritos sonoros de la raza.
Alfonzo Nassif
Qué hermoso sueño soñé
Chacarera
María soñé que tu niño,
que Jesús de Nazareth,
había nacido en mi pago
qué hermoso sueño soñé.
Y vi a mis campesinos
poner, del niño, a sus pies
con la humildad de mi pueblo
ofrendas de amor y fe.
Le traigo leche de cabra,
y al burrito alfalfa azul,
también un pan de algarroba,
para el niñito Jesús.
Yo soy chayuero María,
busco en el río mi pan,
le traje un bagre de plata
y una flor de espuma y sal.
Yo soy melero señora,
traigo un payaso de miel
y un ramillete de trinos
que en los bosques encontré.
Yo me llamo Juan Silencio,
soy hachero niño Dios,
I´ hecho una cuna i´ quebracho
y un caballito de sol.
Estribillo
María soñé que tu niño,
que Jesús de Nazareth,
nació en Santiago, María
qué hermoso sueño soñé.
Música: Carlos Maldonado.