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viernes, 1 de julio de 2011

LA HUELLA

LA HUELLA
Esta danza une el sentido señorial, cortesano, que se manifiesta en el motivo de tomarse las manos y en sus evoluciones elegantes, lentas y armoniosas, con cierto carácter picaresco que encontramos en a galantería de sus figuras.
Ventura Lynch la ha categorizado con mucho acierto: “Su música en un quejido y un grito de alegría, un suspiro y una sonrisa, una lágrima y una carcajada”.
Es una danza de pareja suelta, ya que los bailarines no se enlazan, sino solo se toman en un momento de la misma, e independientemente, puesto que hace sola sus figuras sin combinarlas con las de otras parejas, aunque también puede ser bailada en cuarto ( o sea dos parejas). Por su carácter en apicarada, ya que reúne, como hemos dicho, lo señorial y lo picaresco.
En cuanto a la dispersión geográfica, es común identificarla por su estilo con la zona pampeana, donde se caracteriza por adquirir el ritmo más lento, pero fue conocida en casi todo el país. Carlos Vega dice: que se bailó desde la Pampa hasta Misiones y el Chaco, desde San Luis hasta Santiago del Estero y Tucumán, desde Mendoza hasta Salta.
No hay muchos documentos que nos permitan rastrear sus comienzos, no fue anotada por los viajeros, y recién alrededor de 1880 la menciona Ventura Lynch.
Para remontarnos más atrás debemos recurrir a las coplas que atestiguan su presencia, muy activa en las guerras civiles de nuestra patria y la ubican aproximadamente desde 1830, una de las difundidas es la riojana que hace referencia a la muerte de Quiroga (ocurrida en 1835).
A la huella, huella,
huella sin Cesar,
se murió Quiroga,
nuestro general.

A la misma época pertenece la siguiente variante de Entre Ríos, que nos muestra el sentimiento opuesto:
A la huella, huella,
huella sin destino,
ya murió Quiroga,
traidor asesino.
En el año 1900, en La Pampa, se recopiló, traída por un riojano, según testimonio de la Dra. Isabel Aretz, la siguiente copla:
A la uella, huella,
patipa i tero
no le digas a naides
que io te quiero.
La Huella desciende de las minués y gavotas del siglo XVII, conservando ese carácter palaciego, para modificarla por la intención rural picaresca. Esta fusión cortesana rural se difundió a todo el país.
Coreografía
Posición inicial:
En los extremos de la mediana del cuadro imaginario
Introducción:
16 compases (hasta la vos preventiva)
¡Adentro!
1º Figura: Media vuelta (4 compases)
2º Figura: Giro (4 compases)
3º Figura: Media vuelta (4 compases)
5º Figura: Zapateo y zarandeo (4 compases)
6º figura: Giro de la dama, tomados (4 compases)
7º figura: Zapateo y zarandeo (4 compases)
8º figura: Contragiro de la dama, tomados (4 compases)
¡Aura!
Voz preventiva
9º figura: Media contra vuelta (4 compases)
10º figura: Giro y coronación (4 compases)